Decía Aristóteles que "vivir como hombre significa elegir un blanco-honor, gloria, riqueza, cultura-y apuntar hacia él con toda la conducta,pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad"; nuestras vidas se hacen de decisiones, vivir es sentirse constantemente obligado a elegir. Nuestras acciones, nuestras decisiones, aquello que decidamos hacer o no hacer en un determinado momento, moldearán la persona que seremos. Resulta obvio que tomar una u otra decisión tiene una importancia fundamental, ya que lo que está en juego somos nosotros mismos. Todo el mundo puede elegir, incluso cuando decidimos abstenernos también hemos elegido, elegimos no elegir. Por todo ello, la importancia de una buena formación se hace imprescindible puesto que será en base a sus conocimientos como cada persona elegirá qué camino tomar. Evidentemente no todas las decisiones tienen la misma importancia, unas son más relevantes para la persona que seremos que otras. Todo esto viene como introducción a un poema de Robert Frost que nos habla de la incertidumbre sobre qué camino elegir en el bosque que es nuestra vida.

El camino no tomado

" Dos caminos divergieron en un bosque amarillo,
Y afligido porque no podría caminar ambos
Siendo un solo viajero, estuve largo tiempo de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la maleza.

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y agradable de caminar;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo la inexorable manera en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debí haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
Que en alguna parte envejece y hace envejecer,
Dos caminos divergieron en un bosque y yo,
Yo tomé el menos caminado,
Y eso ha representado toda la diferencia. "

Robert Frost