Venid, amigos.
No es tarde para buscar un mundo nuevo,
pues sueño con navegar más allá del crepúsculo.
Y aunque ya no tengamos la fuerza
que antaño movió cielos y tierra, somos lo que somos,
un mismo temple de corazones heroicos,
debilitados por el tiempo,
pero voluntariosos para luchar, buscar y encontrar,
y no rendirse.
Meses sin editar una nueva entrada, dudar entre cerrar definitivamente o retomar las riendas del blog; finalmente venció lo segundo y aquí estamos una vez más. Pido disculpas a los que dejé de visitar por un tiempo pero como decía Mafalda"Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo Importante."
Estamos ya en vísperas de unas elecciones generales reñidas como otras y trascendentales como pocas, pero hoy no quiero hablar de Z ni de Mariano; hoy quiero volver a hablar de María, de la que ya hablé hace algún tiempo. Hace un par de días María fue a dar una conferencia a la facultad de económicas de Santiago de Compostela, al llegar un grupo de estudiantes la recibió a gritos de "fuera fascista" y "ojalá te mate ETA", además como ETA no estava por allí trataron de darle el pasaporte ellos mismos, menos mal que sus guardaespaldas lo evitaron(podéis ver el vídeo abajo). María me gusta, es más, me encanta, porque tiene el valor que esa masa amorfa de tartamudos mentales nunca tendrá. María, al igual que Rosa, Gotzone, Regina o Maite forma parte de eso grupo de mujeres vascas que se juegan la vida a diario para que otros puedan criticarlas, amenazarlas o insultarlas. Para que tú y yo seamos cada día libres de decir y hacer lo que queramos, ellas lo son un poco menos, vivir con escolta y con una diana en la nuca es lo que han aceptado. Pero no les importa, saben que luchan por algo más importante que ellas mismas: la Libertad.
Lamentable que en pleno siglo XXI, en la España democrática en la que se supone vivimos, todavía se deba luchar por la Libertad a expresar tus opiniones, tus creencias, tus ideas. Y como siempre, el que manda callar a golpe de pancarta llama "fascista" al que no podrá hablar. Pero a estas alturas muchos ya sabemos quienes son los fascistas y quienes los que se la juegan para que podamos opinar. Termino con una frase que leí hace tiempo y que, yo al menos, estoy dispuesto a cumplir; dice así: "Yo no opino como tú, pero moriría porque tú pudieses decir lo que piensas". Y ahora que me llamen fascista.